jueves, 30 de octubre de 2008

Callejero


Cuando era chica, siempre quise un perrito ...

Quería enseñarle trucos, y dormir con él, disfrutar más que todo aquella grata compañía.

Mi mamá siempre me dijo que no, pero mi papá me decia :

-Mi niñita habilosa, cuando usté cumpla diez años yo le regalaré un perrito .-


Lamentablemente cuando tenia ocho años mi padre se fue al cielo.

Pero bueno, esa es otra historia.

Resulta que cuando tenia once años me inivtaron a visitar a una camada de perritos recién nacidos mezcla de una coker con esos perros felpudos blancos de casa que tienen nombre extraño. Y los fui a visitar.

Eran siete u ocho cachorritos, todos blanquitos, menos uno, ese era snoopy. Cuando lo vi , lo tomé en mis manos, y hubo algo en sus ojitos que hizo que lo visitara cada día que pasó.


Hasta que me dijeron que los perritos se irían, y que me regalaban el que yo quisiera. Sin pensarlo, tomé a ese perrito beige tan tierno.


Le puse snoopy porque siempre dormía arriba de la cajita que le pusimos, como el perro de Charlie Brown.

Después de un tiempo dormíamos juntitos, nos levantávamos temprano, a mí me daba risa verlo jugar con mis peluches.


Recuerdo que cuando ponían la ropa en el piso para lavarla, se ponía en lo mas alto y se dormía ahí.

Era tan pequeño que una vez se puso entre medio de esas camas que son dobles (nido creo que se llaman), y después no podía salir y se ponía a llorar.


Recuerdo también que le daba tanta leche cuando cachorrito, que su pansita chocaba en el piso cuando corría.

Pero cuando empezó a crecer, empezó a comprender, a hacer caso, y se convirtió en mi mejor amigo.

Cuando yo lloraba, él se acercaba y me miraba como diciendo :

"No llores que eres todo para mi, y si tu lloras es como si me hicieran daño".Y se acercaba y me lamía la cara. Luego iba a buscar la pelota con que jugábamos, tratando de subirme el ánimo.


Y cuando yo necesitaba de alguien y no tenía a nadie, ahí estaba él. Yo le hablaba y tal vez sonará algo extraño, pero sentía que me escuchaba, y que de alguna manera, me entendía.


Pero ahora, ahora que me corren las lágrimas, y que siento como si me hubieran arrancado un pedazo del corazón, él no está. Él no esta para consolarme, y nunca más va volver.

Mi mejor amigo ha muerto de una manera cruel, y me siento mal porque no lo vi.


Él no deberia haber muerto así . Él debería haber muerto a mi lado, y de viejo.

En mis brazos, no lejos.

Sé que no podía estar tan seguido con él . Y que sentía mucha pena al no estar conmigo. Pero no podia irse a mi lado.

Yo le decía todas mis cosas, por las noches me cuidaba, porque yo era lo máximo para él, y me lo demostraba al mover su colita, y estar conmigo a penas podia.

Era el mejor amigo que cualquier persona pudiera tener, creo que no me merecía tanto.

Él era mucho más que mi mascota, él era mi amigo fiel, el que aunque todos se fueran de mi lado, se quedaria commigo.


Pero yo no supe quererlo.

Él se mantuvo lo que más pudo a mi lado, y yo friamente lo fui alejando para acortar el sufrimiento.

Y se fue, se llevo con el una parte mía.

Si yo pudiera hacer cualquier cosa para que vuelva lo haría, aunque sea para decirle que por más que me hiciera la fría, lo quería mucho. Mucho más que a varia gente que quiero. Porque siempre estuvo ahí . Porque yo lo cuidé, y porque quizo con lo más puro del corazón, con aquello que ninguna persona puede llegar a querer.

Si pudiera ver su colita azotarse al verme. Si pudiera ver sus ojitos abiertos nuevamenete correría a verlo y le diria que lo quiero más que a cualquier amigo. Que como él no hay ninguno..


Pero él está bien, eso es lo importante .

Como dije una vez, uno nunca se prepara para despedirse de quienes ama, porque cuando ellos se van para no regresar nos dejan a nosotros con la lágrima en la garganta .

Cuando se van y vuelven no es una despedida, es sólo un hasta pronto.

Creo que veía tan lejano esto .Y ya no puedo hacer nada.

La verdad es que me siento muy triste, y para el superfluo que no logre entender, piense cómo se sentiría si muriera su mejor amigo de toda la vida .Yo me siento así, incluso peor, porque siento que le causé pena y dolor .Y esa nunca fue mi intencion .


"Era callejero por derecho propio, fiel a su destino y su parecer, sin tener horario para hacer la siesta, ni rendirle cuentas al amanecer.

Era nuestro perro porque lo que amamos, lo consideramos nuestra propiedad, era de los niños y del viejo Pablo, a quién rescataba de su soledad.

Era el callejero de las cosas bellas, y se fue con ellas cuando se marchó.

Se bebió de golpe todas las estrellas,

Se quedó dormido y ya no despertó.

Nos dejó el espacio como testamento.

Lleno de nostalgia, lleno de emoción.

Vaga su recuerdo por mis sentimientos

Para derramarlos en esta canción."


Alberto Cortez.

¿Qué será mejor?


Hace bastante tiempo atrás una persona me hizo una pregunta:

- ¿Qué es mejor, estar con alguien que no te quiere o no quieres, o amar a alguien intensamente y no tenerlo?

No le contesté enseguida, me tomé un tiempo para responder.

Le dije que cuando uno no quiere a alguien nunca está con nosotros, aunque lo tengamos al lado, y lo veamos despertar junto a nosotros cada amanecer. Y que quienes nosotros queremos estan siempre al lado nuestro, y que aunque nos los veamos siempre serán de nosotros.


Y mantengo mi respuesta, lo que nosotros amamos lo consideramos de nuestra propiedad, ejemplo claro: El es "mi" novio, ella es "mi" amiga, entre otros.


Cuando le di esa respuesta, esa persona no pudo contener su llanto, y cerrando sus ojos, dejó caer dolorosas lágrimas en el sillón.

Mientras la escuchaba sollozar, pensé que cuando dos personas se quieren, siempre estarán juntas, ya que el amor se interpondrá ante todo y todos. Sé que suena frase cliché, pero es así, y no estoy hablando de aquellos romances pasajeros, aquellos que duran seis meses, y creemos estar profundamente enamorados, y en un lapsus más corto decimos que hemos olvidado. No hablo de eso. Eso no es amor.


Por lo que me quedo con la segunda opción.

Prefiero sentir algo, a estar profundamente vacía, y despertar con un desconocido con el que armé mi vida.

Nada se compara con sentir que uno es querido de verdad.

El amor es algo hermoso, cuando es correspondido.


Sé que esto puede soñar a palabrerías de adolescnte soñadora con vaga experiencia en el tema. Pero creo que todos tenemos algo que enseñar, y para hablar del amor no se necesita ningún requisito mas que sentir aquel sentiemiento de doble filo.


Como dice Mario Benedetti en uno de sus poemas:

" Te quiero en mi paraíso, es decir que en mi país la gente viva feliz, aunque no tenga ese permiso".


Sólo espero no caerme muy fuerte alguna vez, por haberme quedado con esa elección.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Jugadas Inocentes


Cuando era más chica, jugaba de manera muy competitiva el ajedrez.
Me gustaba ir a los torneos porque era conocida.


Recuerdo que cuando decían el nombre de algún competidor, y después de un breve momento decían: contra Cortés - Fernanda, la niña o el niño temía y daba por perdida la partida que ni siquiera había empezado a jugar.

Eso me hacía sentir con seguridad, y hace algún tiempo, en cualquier juego es un placer para mí destrozar a mi oponente, dejarlo con nada para defenderse, atacando puntos que el no había visto, dejando en claro que soy mejor que él, y si no lo soy, hacer creer eso. Así me había enseñado mi entrenador.

Me costó aprender a destrozar al jugador contrario con una sola mirada.

Al principio sólo jugaba porque me gustaba jugar, no había otra razón más que esa. Me gustaba viajar en clases, salir en televisión y en los diarios, ser invitada por intendentes a desayunos y cosas por el estilo, y más que todo me gustaba compartir con gente nueva, y viajar en avión.

Pero cuando fui creciendo un poco y tenía fama al momento de tocar un tablero, cuando las piezas de los otros jugadoras eran movidas por miedo a que las mías los destrozaran sin piedad. En ese momento sentí mucho presión en mí.

De un momento a otro mi mamá siempre me iba a ver a los torneos regionales, a los nacionales y demaces no podía, por lo que los que eran dentro de la región no se los perdía. Llamaban mis profesores para ver qué lugar había sacado, y mi entrenador para ver cómo estaba jugando.
Hasta que en un campeonato perdí contra una niña que no era mejor que yo, y recibí muchos retos.


No me sentía mal por haber perdido, a cualquier persona le podía haber pasado, pero si por la manera en que me trataban cuando perdía.


Fue entonces cuando mi entrenador me dijo que viera una película que trataba acerca de Boby Fisher. Yo, no muy contenta con la idea, la compré.


Jugadas inocentes, no trataba solamente del gran ajedrecista Boby Fisher, si no que de un niño que aprendió a jugar ajedrez mirando a otras personas, tenía mi edad en ese entonces. Descubrieron que tenía talento para jugar, y lo hicieron entrenar, ir a todos los torneos. Entonces le pasó lo mismo que a mí, claro que en mayor escala, su nombre recorrió todos los Estados Unidos. Hasta que perdió. Desde ahí se desenvuelve una trama muy interesante en la película.


Mientras la miraba, me iba sintiendo mucho mejor, y me di cuenta que no hay que ser tan frío y calculador para jugar ajedrez, aunque así lo crean muchos que están enredados en su círculo.

Este año


- Es que el año es bisiesto -

Ese fue el comentario que gatilló miles de pensamientos en mi mente.

La opinión fue formulada mientras otras voces decían que este había sido un mal año.

La gente supersticiosa dice que los años bisiestos peores que los otros años que no lo son. Siéndoles sincera no tengo claro el por qué, y no me interesa mayormente saberlo. No soy supersticiosa al extremo (Creo que trae mala suerte).


Para añadir una opinión a la conversación dije que este año había sido bueno para mí,

y me tomaron con gracia aquellas palabras, me comenzaron a hacer bromas.

Pero aunque hayan tomado de forma liviana aquel comentario, es cierto, no tengo de qué quejarme frente a este año que se va, ya que mayormente cosas malas no me han sucedido.


Sin darme cuenta, este año se está consumiendo como un cigarro ante mis ojos.

Cada día se va y se pierde en los recuerdos, como el humo en el aire, sin yo poder hacer nada por detenerlo. Pero cada segundo es disfrutado al máximo para no arrepentirnos de lo que pudimos haber hecho y no hicimos.


Eché un vistazo a este año, y si me quejara de el, sería de llena simplemente.


En estos meses conocí a gente maravillosa que me ha ayudado y que quiero mucho.

He mejorado las relaciones con otras personas con las que creí que no nos entenderíamos.


Mi mejor amiga y su pololo tuvieron a su primera hija, Ayline Constanza.

Estuve ahí con Yordana, apoyándola y compartiendo aquel hermoso momento único.


Estuve y estoy acompañada de un joven que se ganó mi corazón de una manera que jamás creí que alguien se lo ganaría. Espero yo también haberme ganado el de él.

Cada momento juntos es único, y aunque no negaré que hemos tenido más de algún inconveniente, hemos sabido llevar cada uno de nuestros carácteres, y al parecer lo hemos hecho bien en estos doce meses.


Tengo una casa propia,

y creo que ha sido todo un logro no haberla hecho explotar en todo este tiempo.


Para qué mirarle el lado negativo a las cosas frecuentemente, si cuando estamos en el lugar que siempre quisimos estar, todo aquello que hizo que estemos ese momento ahí,

haya sido bueno o malo, se transforma en un recuerdo agradable.


"Dios pone al dolor tan cerca de la alegría, que muchas veces solemos llorar de felicidad".


sábado, 25 de octubre de 2008

Ajedrez


e4-e5.

Así comenzaba una partida como cualquier otra.

Dispuesta a ganar como siempre.


Para que entiendan, e4 es una jugada muy conocida en el ajedrez: Juego, deporte, y según Boby Fisher: Arte.

Concuerdo con él.


E4 es una jugada muy conocida en el ajedrez.

En el juego de las damas generalmente se inicia con esta recordada y utilizada jugada.

Yo comienzo con esta movida porque es parte de mi apertura, la más común entre las mujeres también.


La razón del movimiento de una pieza es para atacar a tu oponente, o para defenderte de él.

Uno se mete tanto en este juego de estrategia; el ajedrez, que una vez adentro ya no se puede salir.

La forma de mirar los movimientos de la gente cambia. Un ajedrecista nunca deja de jugar su partida, ya que la vida es su juego más importante.


Si uno es bueno para jugar ajedrez, es muy difícil que sea engañado por las demás personas. Puede hacer jugadas para despistar, pero sólo son estrategias que llevan a una ventaja segura. Si no es necesario atacar, no e pierde el tiempo haciéndolo.


El ajedrez es la vida misma, no hay partida igual a otra, ni día igual a otro.


martes, 21 de octubre de 2008

Basura

¡Qué molestia!
Quiero respirar aire puro, ver un hermoso paisaje, y recostarme en aquel pasto verde que tanto nos hace soñar.
Camino a los lugares donde más me gusta estar. Pero cada paso va extimguiendo más mi cansada sonrisa.
Ver todas las esquinas sucias me trae tantas interrogantes a la mente ¿A caso no sabemos que destruimos donde nosotros mismos vivimos? Ciertamente en esta faceta el comportamiento humano deja bastante qué desear.
Es cierto que de los seres vivos, nosotros somos los que tenemos más capacidad de razocinio, pero tambien somos los unicos seres vivos que aun razonando destruimos la misma tierra en que vivimos.
Veo aquellos carteles con cara de gente que tiene de persona lo que yo de estatura.
Ensucian con mentiras las calles de nuestra ciudad.

Observo cómo un señor que ha terminado su cigarro deja caer éste en el primer punto de a calle haciendo de el parte del paisaje.
Después veo a un niño abriendo un helado dejando caer el envoltorio en donde planeaba sentarme a visualizar a la gente pasar apurada dejando su basura en cualquier lugar.

Llego al parque Don Bosco.
Quiero sentarme en aquella banca que me trae tantos recuerdos gratos, cuando me encuentro con la sorpresa que a su alrededor esta lleno de botellas rotas, colillas de cigarros, papeles de comida, confort, y hasta preservativos. Todo aquello ensuciando este lugar tan bonito.
Me marcho triste de aquel lugar pensando en cómo la gente deja tirada a basura como quien dice un comentario desagradable al aire. No será completamente lo mismo, pero ambos apestan el ambiente.

Camino hasta el Cerro de la cruz, y el panorama es el mismo, toda la vista hermosa y aquel airecillo que te llega a la cara es opacado por los cachibaches que deja la gente.
Siempe he pensado que lo que no sirve tiene que ser eliminado, pero no tiene que ser dejado en cualquier lugar, porque ¿Quié sabe? Podemos toparnos con aquello de lo que tanto quisimos dejar atrás.