martes, 21 de octubre de 2008

Basura

¡Qué molestia!
Quiero respirar aire puro, ver un hermoso paisaje, y recostarme en aquel pasto verde que tanto nos hace soñar.
Camino a los lugares donde más me gusta estar. Pero cada paso va extimguiendo más mi cansada sonrisa.
Ver todas las esquinas sucias me trae tantas interrogantes a la mente ¿A caso no sabemos que destruimos donde nosotros mismos vivimos? Ciertamente en esta faceta el comportamiento humano deja bastante qué desear.
Es cierto que de los seres vivos, nosotros somos los que tenemos más capacidad de razocinio, pero tambien somos los unicos seres vivos que aun razonando destruimos la misma tierra en que vivimos.
Veo aquellos carteles con cara de gente que tiene de persona lo que yo de estatura.
Ensucian con mentiras las calles de nuestra ciudad.

Observo cómo un señor que ha terminado su cigarro deja caer éste en el primer punto de a calle haciendo de el parte del paisaje.
Después veo a un niño abriendo un helado dejando caer el envoltorio en donde planeaba sentarme a visualizar a la gente pasar apurada dejando su basura en cualquier lugar.

Llego al parque Don Bosco.
Quiero sentarme en aquella banca que me trae tantos recuerdos gratos, cuando me encuentro con la sorpresa que a su alrededor esta lleno de botellas rotas, colillas de cigarros, papeles de comida, confort, y hasta preservativos. Todo aquello ensuciando este lugar tan bonito.
Me marcho triste de aquel lugar pensando en cómo la gente deja tirada a basura como quien dice un comentario desagradable al aire. No será completamente lo mismo, pero ambos apestan el ambiente.

Camino hasta el Cerro de la cruz, y el panorama es el mismo, toda la vista hermosa y aquel airecillo que te llega a la cara es opacado por los cachibaches que deja la gente.
Siempe he pensado que lo que no sirve tiene que ser eliminado, pero no tiene que ser dejado en cualquier lugar, porque ¿Quié sabe? Podemos toparnos con aquello de lo que tanto quisimos dejar atrás.

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